Sam Waver siempre ha llevado una vida muy tranquila. Es un chico solitario, al que le cuesta hacer amigos, y sus padres están siempre tan ajetreados que a veces se siente invisible.
Por suerte, cuenta con su hermano mayor, Jason, quien parece tener una vida perfecta: no solo es amable y popular, también es la estrella del equipo de fútbol y todas las chicas están deseando salir con él. Sam lo idolatra. Sin embargo, un día Jason reúne a su familia para contarles un secreto que lleva guardando mucho tiempo: en realidad, se llama Jessica. Ante semejante afirmación, sus padres se cierran en banda y Sam se da cuenta de que no son las personas abiertas y tolerantes que creía. Y aunque sus vidas dan un vuelco y parece que nunca recuperarán la normalidad, Sam pronto descubre que no hay nada más fuerte que el amor.
Con esta novela intensa y emotiva, escrita con grandes dosis de empatía, ligereza e ironía, Boyne retrata el viaje de una familia hacia la aceptación. Mi hermano se llama Jessica es una lectura imprescindible para todas las edades.
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